Por ALICIA MONTÓN:(*)
«Si vos queres, podés «; «tenes que ser positivo; «tenes que meditar en la mañana»; «tenes que tomar dos litros de agua»; «tenes que ir al gym»; «tenes que perdonar»; «tenes que soltar»; «tenes que entender a tus hijos»; «tenes que disfrutar»; tenes que, tenes que, tenes que…🤦♀️
Nos bombardean constantemente con la idea de que debemos «ser felices». Para ser feliz «hay que», nos dicen, mientras nos ofrecen alguna receta mágica: un ABC que hay que seguir para alcanzar esa codiciada felicidad. Vemos un consejo tras otro en las redes, subrayamos las frases importantes del libro, memorizamos las fórmulas, las instrucciones, las directivas, ¿y luego?👀
ALICIA MONTÓN
¿Alguien ha logrado encontrar “la felicidad” siguiendo esas recetas?
Si “la felicidad” existe, está en lo que no nos muestran, no en lo que nos venden. Si existe, está en el presente y nunca está sola: se mezcla con el sufrimiento, con la incertidumbre, con la angustia, con el dolor y con el vacío. Es en esa amalgama cotidiana en la que encontramos destellos de felicidad, los más puros.❤
Existen momentos únicos, existen momentos llenos de emociones, existen momentos que no queremos que terminen, existen momentos que deseamos que se repitan, que perduren en el tiempo… Pero al estar convencidos de que la felicidad debe ser «completa y perfecta», muchas veces ni siquiera somos capaces de sentirla. Ni siquiera en esos momentos. Es entonces cuando pensamos en frases como «qué felices éramos y no nos dimos cuenta», o «teníamos todo, sin saberlo». Mario Benedetti escribió: «De vez en cuando es bueno ser consciente de que hoy, ahora, estamos fabricando las nostalgias que descongelarán algún futuro». Esta frase me parece reveladora para pensar en cómo solemos sentir y experimentar el presente.
Entonces, ¿dónde está la felicidad? Para mí «la felicidad» se encuentra en el momento presente; para mí, está en el disfrute de escribir esto. Y para ti, tal vez esté en leerlo con una taza de café☕. O en el placer de cocinar, o de acariciar una mascota🐱👤, o en la contemplación de un fuego🔥 mientras charlas con un amigo tomando una copa de vino🍷, o en el placer de escuchar música. En lo cotidiano,en lo simple, en cada día. Todos podemos ser capaces de experimentar algo de «felicidad».
Sin embargo, cuando pensamos en «la felicidad» tal y como nos la han enseñado, como un mandato y con una receta, dejando de lado toda subjetividad, la transformamos en un ideal inalcanzable, siempre lejano, como la perfección.
Porque la idea de «felicidad» parece estar cerca de la idea de perfección: la pareja perfecta, la familia perfecta, la casa perfecta, el trabajo perfecto, las vacaciones perfectas…
¿Y si consideramos que la verdadera felicidad está, tal vez, en disfrutar de los momentos imperfectos de la pareja, la familia, la casa y el trabajo? Quizás si miráramos con otros ojos las imperfecciones inevitables de la vida podríamos mitigar la ansiedad y la angustia, ¡y darle menos venta al clonazepam!
Los escucho.
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(*) Directora de Rucalaf – Licenciada en Psicología – Especialista en Psicoanálisis – Postgrado Psicoanálisis – Maestranda en Psicoanálisis (UDA)